A la hora de crear una sociedad, normalmente no pensamos en lo que pasa si ésta no funciona. Estamos ilusionados y con el nuevo proyecto y únicamente nos centramos en eso. Así, la disolución y cierre de una sociedad limitada o anónima se puede ver provocada por numerosos motivos.
Decidir poner fin a una sociedad no es una tarea sencilla. Debemos pensarlo bien antes de comenzar con todos los trámites. Es importante estar bien informado y conocer las consecuencias de comenzar con ello.
Lo primero que haremos una vez nos hayamos decidido será proceder a la disolución de la sociedad. Para ello, deben estar de acuerdo la mayoría de los socios. ¿Qué causas legales pueden llevar a la disolución de tu negocio?
En esta situación, se podría volver a reactivar la empresa si la Junta General se encuentra de acuerdo, aunque debe haber desaparecido la causa de disolución. Si alguno de los socios no está de acuerdo con la reactivación, tiene derecho a separarse de la sociedad y, por tanto, de las responsabilidades.
La disolución abre un periodo de liquidación. En este periodo, la sociedad sigue manteniendo su personalidad jurídica. Una vez concluida la liquidación, los liquidadores procederán a dar el balance final a la Junta General para su aprobación.
Una vez hemos realizado la disolución y la liquidación y ambas han sido concluidas, podemos comenzar el periodo de extinción. Este proceso puede ser algo largo y tedioso. Por eso, en Trámites Fiscales podemos ayudarte con todos los pasos para disolver o cerrar tu sociedad.
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