El Impuesto de Sociedades es un impuesto que grava los beneficios que obtiene un empresario o trabajador de la actividad económica de su empresa, independientemente del origen de ésta. Es un impuesto progresivo, es decir, el tipo de gravamen depende del nivel de beneficios que tenga la empresa. Otra de las características del Impuesto de Sociedades es la posibilidad de compensar las pérdidas del pasado con beneficios futuros. Por último, para presentar este trámite de debe hacer a través de Internet. El Impuesto de Sociedades se aplica a todo el territorio nacional, aunque su aplicación se ve modificada en algunos territorios. Por ejemplo, en el País Vasco con el régimen del concierto económico, en Navarra, Canarias, Ceuta y Melilla debido a sus convenios.
El Impuesto de Sociedades engloba dos conceptos básicos: hecho imponible y base imponible. El primero de ellos hace referencia a la obtención de la renta por parte del sujeto pasivo e imputación de las bases imponibles positivas en el régimen de transparencia.
La base imponible, por su parte, es el importe de la renta en relación al periodo impositivo, reducida por la compensación de las bases imponibles negativas de los ejercicios anteriores.
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