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Sociedad limitada unipersonal (SLU): qué es y cómo se constituye
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Si estás buscando alternativas para comenzar un negocio, la sociedad limitada unipersonal es una de las opciones. En España existen diversos tipos de sociedades y todos ellos cuentan con ventajas e inconvenientes. Explicaremos en qué consiste la Sociedad Limitada Unipersonal (SLU) y cuáles son sus características.

En España lo más común es que una empresa sea Sociedad Limitada o que el trabajador se dé de alta como trabajador autónomo. Sin embargo, existen otras alternativas que el emprendedor debe conocer antes de comenzar su negocio.

Sociedad Limitada Unipersonal (SLU): qué es y cuándo darte de alta

Esta es un tipo de sociedad bastante parecida a la Sociedad Limitada, con la diferencia de que ne esta ocasión todas las acciones pertenecen a una única persona, ya sea esta física o jurídica. Esta se convierte en una opción primordial si el empresario quiere tener el negocio por sí solo. Es decir, si quieres emprender pero no quieres asociarte con nadie. Sin embargo, esta también se puede dar cuando todos los socios de la SL se retiran, dejándote únicamente a ti al mando.

Sin embargo, es bastante común cometer un error: el socio y el administrador de la SLU no tienen por qué ser la misma persona. Estas pueden ser muy diferentes.

En cuanto a sus diferencias, la mayor se encuentra en el plano jurídico. A nivel jurídico, la SLU debe clarificar de manera expresa que es unipersonal en todos los actos de la sociedad. Sin embargo, a la hora de responder frente a deudas, en una SLU el socio únicamente lo hace de manera limitada. Es decir, dependiendo del capital social que haya aportado.

Cómo constituir una sociedad de unipersonal

Para poder constituir este tipo de sociedad, es necesario llevar a cabo una serie de trámites. En primer lugar es obligatorio solicitar el Certificado de Denominación Social en el Registro Mercantil de la provincia. Esto sirve para garantiza exclusividad del nombre de la sociedad.

Tras esto es necesario redactar los estatutos y abrir una cuenta bancaria. Habrá que depositar unos 3.000 euros de capital social.

Más tarde habrá que obtener el número de identificación fiscal (NIF) cuyo procedimiento debe realizarse en la Agencia tributaria. Después deberás presentar el Impuesto sobre Operaciones Societarias e inscribirse en el Registro Mercantil.

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